Clausura
de la exposición "Otra Transición fue posible.
Historia del PTE"
Desde
Torrevieja (Alicante), a diez de julio de 2009
José Ignacio Molinero Sánchez, “El Camarada
Iñaki”
¡GRACIAS,
CAMARADAS!
El pasado 3 de julio asistí, convocado por la Asociación
por la Memoria Histórica del PTE y JGRE, a la clausura
de la exposición “Otra transición fue posible”.
Habiéndome mantenido en contacto con la Asociación
desde hace un año y pico, dicha exposición levantó
en mí tremendas expectativas, aunque simplemente fueran
de pura curiosidad. Veintinueve años y cuatro infartos
más viejo, me disponía a “tomar el pulso a
la vida” y comprobar si ésta padecía algún
tipo de “arritmia”. (Como soy un “puto cardiaco”,
me perdonareis los términos clínicos).
La
Sala Miguel Hernández de la Seu de la Universidad de Alicante
no es un salón de actos, sino una “salita”
favorable al coloquio intimista. En ella se mostraba, a manera
de exposición pictórica, una serie de fotografías
que me provocaron un placentero escalofrío, no tanto por
su muy correcta factura sino por la inmediatez con que las recibí.
Eran fotos de la vida cotidiana de los que fuimos militantes del
Partido del Trabajo, eran fotos que habíamos visto mil
veces, en nuestro órgano de prensa…, en nuestro folletos
informativos sobre la reforma política o sobre las “alternativas
a todo” que el Partido elaboró a finales de los años
70´, muy familiares para nosotros y probablemente insospechadas
para generaciones posteriores. Eran la crónica de nuestra
militancia. Eran nuestra vida y nuestra historia puesta a disposición
de quien nada sabe sobre lo que “pudo pasar” a finales
de aquella década.
La
sala estaba prácticamente llena. Conté cinco o seis
asientos vacíos. El coloquio, muy limitado por cuestiones
de horario, me sirvió para descubrir que existen periodistas,
escritores y/o historiadores, como Alfredo Grimaldos, (¡Oh,
Cielos, existen!) que conocen bien aquel periodo de la transición
política española, que supieron de oscuros pactos
entre la clase dirigente y los partidos entreguistas, o reformistas,
o “revisionistas”… Sirvióme también
el evento para descubrir la sinceridad, coherencia y honestidad
– creo yo – del “camarada Joaquín Badía”,
a quien no tuve el gusto de conocer personalmente durante la época
de nuestra militancia, pero de quien aprendí todo lo que
de federalista, y a la vez internacionalista, guardo en mi “coleto”
y gusto de vocear a los cuatro vientos a la primera de cambio.
(Recordad el “Hacia 7”)
Siempre
es un placer reencontrarse con el pasado, excepto para aquellos
que tienen algo que esconder; pero no puedo describir, por más
que la literatura me embriague, lo que sentí al descubrir
caras tremendamente conocidas que habían significado para
mí mucho más de lo que estas personas pudieran imaginar
jamás. Algunos de ellos distantes, otros más cercanos
que nunca; unos con proyectos, otros definitivamente quemados;
unos vivos y otros viviendo, lo cual no es poco; unos “apocalípticos”
y otros “integrados”, que diría bromeando Humberto
Eco; pero todos, todos, con casi treinta años más.
Fue
el evento un baño, no sólo de nostalgia -emoción
que en pequeñas dosis nunca es perniciosa- sino de intercambio
de opiniones, de vivencias y de IDEAS; útil, a todas luces,
para “tomarnos el pulso” mutuamente. A viejos camaradas,
nuevas ilusiones… ¡El que quiera entender, que entienda!
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folleto de la exposición
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cartel de la exposición